Al canalla del látigo
Que la lluvia te esquive
y tu sed sea eterna.
Que la luz no te toque.
Que sabiéndote ciego
la imaginación se te niegue.
Que dependas de otro
para cualquier movimiento
y hasta tu más mínimo gesto
tenga un amo impiadoso
que decida por ti. ¡CANALLA!
he visto a cientos de policias y soldados y jueces y carceleros y políticos... ahí, llevando los látigos... y ah que la liturgia de la selva y la belleza y la altura ética de ese chimpacé y el viento, les ampute esa mano que cobarde sujeta el poder infame! brindo mar contigo, contra los canallas!
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