27 abr 2016
25 abr 2016
22 abr 2016
La maldicion del malinche - Amparo Ochoa
La Maldición Malinche
Del mar los vieron llegar
mis hermanos emplumados
eran los hombres barbados
de la profecía esperada
Se oyó la voz del monarca
de que el dios había llegado
y les abrimos las puertas
por temor a lo ignorado
Iban montados en bestias
como demonios del mal
iban con fuego en las manos
y cubiertos de metal
Solo el valor de unos cuantos
les opuso resistencia
y al mirar correr la sangre
se llenaron de vergüenza
Porque los dioses ni comen
ni gozan con lo robado
y cuando nos dimos cuenta
ya todo estaba acabado
En ese error entregamos
la grandeza del pasado
y en ese error nos quedamos
300 años esclavos
Se nos quedo el maleficio
de brindar al extranjero
nuestra fe nuestra cultura
nuestro pan nuestro dinero
Hoy les seguimos cambiando
oro por cuentas de vidrios
y damos nuestra riquezas
por sus espejos con brillos
Hoy en pleno siglo 20
nos siguen llegando rubios
y les abrimos la casa
y los llamamos amigos
Pero si llega cansado
un indio de andar la sierra
lo humillamos y lo vemos
como extraño por su tierra
hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo
oh maldición de malinche
enfermedad del presente
cuando dejaras mi tierra
cuando harás libre a mi gente
19 abr 2016
18 abr 2016
16 abr 2016
13 abr 2016
ALBONDIGUERA ZANRONIA - Loam
Raposeros silbos, acuciantes añagazas irradiadas por furtivos detentores de artificiosas cosechas melifluamente catafalcadas en lúbricos cebos clandestinos.
Tibio cobijo colmado de corporativas trastas. Flatuligerante almidón barandillo que copudre los clonados restos de putíferas estelas contractuales.
Ganglio vernáculo que espringa incautas criaturas en agónicas gargas. Instinto malversado a golpe de heladas brújulas infectas.
Una vez más, la albondiguera zanronia remacha su pocilgosa y atávica exhibición liquidante.
10 abr 2016
FAR2
FAR2
Pegajeados a la humeante bodinga que emana de las concurridas intersecciones del dispositivo, urganitas programados sensorizan residuos preestablecidos, vampirizan defensas y engullen informes que regurgitan instantáneamente en lucrativas retículas estancas.
Calcos empapaitados a reglamentario riel, siempre al abrigonorma, gravan cronométricos diques, punitivas calendas, abstrusas coerciones.
Puerileyos que alcachofean macilentos ramos de osmótico consenso, extrayendo legitimación trilera de la fricción regulada, propiciando eventos metódicamente ordeñados a hueco estéril.
Patéticos parlatracas, onerosos fardos, en fin, encaramelados a la secular fronda de castizas regalías.
Loam
Suscribirse a:
Entradas (Atom)