Llegué una noche al límite arterial de
un tiempo
donde aún era posible la conexión
con gentes zaheridas
abatidas con decoro de apátridas
aquella fascinante ceremoniosa manera
de sacar a flote la intimidad
a través de una quejumbre oriunda
de la más neta sabiduría de la sangre
y no transcrita nunca en un pentagrama
a no ser que se hiciera
con la onomástica deflagración de un
grito.
J.M.
Caballero Bonald.
arrebatador!
ResponderEliminarUn homenaje muy bonito
ResponderEliminarhttp://www.rtve.es/alacarta/audios/nuestro-flamenco/nuestro-flamenco-310117/3892138/
Muchas gracias por el enlace, Juan José.
EliminarLe escuché una entrevista. Y sus palabras emanaban amor, siceridad, sencillez. Un "grande"...
ResponderEliminarGracias por compartir. Yo, comparto.
Gracias por tus comentarios, Empe.
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