Pero hay un silencio en todo objeto que no detecta, que no puede detectar el oído. Un silencio que los
envuelve en medio del estruendo. Un silencio hermético y definitivo, tal vez
cerrado desde siempre al sonido y la palabra.
Ha de haberlo inmenso y cortante y tal vez a veces algo lo absorbe, como la mar cuando aprieta en su puño la madera de las barcas y se altera un rostro en alguna fotografía que guarda la habitación cerrada de un sueño o unas ruinas que llegan.
Ha de haberlo inmenso y cortante y tal vez a veces algo lo absorbe, como la mar cuando aprieta en su puño la madera de las barcas y se altera un rostro en alguna fotografía que guarda la habitación cerrada de un sueño o unas ruinas que llegan.
ResponderEliminarMe encanta leerte. AbrazoT
Bello.
ResponderEliminar