26 dic 2015
25 dic 2015
23 dic 2015
20 dic 2015
18 dic 2015
16 dic 2015
15 dic 2015
10 dic 2015
9 dic 2015
7 dic 2015
Anne Naysmith, "La harapienta Señora de Chiswik"
La conocen por La harapienta Señora de Chiswik, 75 años, famosa pianista. En 1970 un hombre le rompió el corazón y decidió desaparecer profesionalmente viviendo una vida escondida. Primero la desalojaron de su piso, por lo que decidió vivir en su propio coche a la edad de 39 años, viviendo en el mismo por espacio de 20 años ante el desconcierto de los vecinos.
Después la desalojaron teniendo que ir a vivir en la parte baja de un parque, y ahí hizo su huertito y empezó a sembrar sus matitas, plantitas y frutales. Hasta que llegaron unos vándalos, le tumbaron su techo y arrasaron con el jardín que con tanto amor había cuidado.
A pesar de que a través de los años recibió ofertas de cuidado, las negó, quería vivir a solas. "Este era el jardín que yo misma había hecho, no había razón de que lo destrozaran, todo porque los trabajadores del parque querían proteger esta zona de los ladrones".
Su día normalmente comienza cuando se levanta de su refugio, se lava en baños públicos y limpia su ropa en un grifo de agua de la gasolinera.
Se pasa la mañana recorriendo tiendas para ver que puede recoger para comer ella y sus palomas.
Una vez por semana se mete de lleno en sus libros y en su biblioteca de música, única concesión a su anterior vida, de la cual rehúsa hablar.
Después de que derrumbaran su refugio, la policía la encontró en estado de shock. La respuesta que dieron los constructores fue que no sabían "que tanto significaba ese lugar para esa señora". El daño ya está hecho y ahora ella no sabe a dónde ir.
6 dic 2015
Lhasa de Sela - En cualquier lugar de este camino
Ahora vivo en este país
y atiendo a este nombre,
hablo esta lengua,
no es exactamente igual,
por ninguna otra razón
este es pues mi hogar,
y los lugares en que solía estar, lejos de mí se fueron.
Has viajado largamente,
sólo debes seguir.
Ni mires atrás para ver
cuán lejos has llegado,
aunque tu cuerpo se vence
bajo la carga,
no hay ningún lugar donde parar,
ninguno en este camino.
Mi corazón se rompe,
no puedo dormir,
amo a un hombre,
él tiene miedo de mí,
cree que si no está en guardia
cuchillo en mano y vigilante,
le haré mi esclavo
para el resto de su vida.
Amo este instante
en el que simplemente la marea cambia.
Habrá un final
para la nostalgia y el anhelo.
Si puedo resistir
a ángeles y hombres,
nunca más me engullirá
la oscuridad.
Has viajado largamente,
sólo tienes que ir,
ni mires atrás para comprobar
cuán lejos has llegado,
aunque tu cuerpo se vence
bajo la carga,
no hay ningún lugar donde parar,
ninguno en este camino...
ninguno en este camino.
Has viajado largamente,
sólo tienes que ir,
ni mires atrás para comprobar
cuán lejos has llegado,
aunque tu cuerpo se vence
bajo la carga,
no hay ningún lugar donde parar,
ninguno en este camino...
ninguno en este camino.
24 nov 2015
22 nov 2015
Canción homenaje a la XV Brigada Internacional - Christy Moore.
Diez años antes de que viera la luz de la mañana
llegó una camaradería de héroes.
De cada esquina del mundo llegó navegando
la décimoquinta brigada internacional.
Vinieron para respaldar al pueblo español.
Para intentar detener la creciente marea fascista.
Los aliados de Franco eran poderosos y ricos,
los hombres de Frank Ryan vinieron del otro lado.
Hasta los olivos estaban sangrando (1)
cuando la batalla de Madrid tronó.
La verdad y el amor contra las fuerzas del mal,
la fraternidad contra el clan fascista.
¡Viva la Quince Brigada!
"No pasarán" el compromiso que les hizo luchar.
"Adelante" era el grito por toda la ladera.
Recordémosles a todos esta noche.
Bob Hillard era pastor de la Iglesia de Irlanda;
desde Killarney vino a través de los Pirineos.
De Derry vino un joven y valiente hermano cristiano.
Lucharon y murieron juntos en España.
Tommy Woods, de diecisiete años, murió en Córdoba.
Con Na Fianna él aprendió a sostener su arma.
Desde Dublín a Villa del Río
donde luchó y murió bajo el sol de España.
Muchos irlandeses oyeron la llamada de Franco,
junto a Hitler y Mussolini también.
La propaganda del púlpito y de los periódicos
ayudó a O'Duffy a alistar a su banda.
El llamamiento vino de la Iglesia: 'apoye a los fascistas'.
Los hombres de la sotana fallaron otra vez
cuando los obispos bendijeron a los 'camisas azules' en Galway mientras navegaban bajo la esvástica hacia España.
Esta canción es un tributo para Frank Ryan.
Kit Conway y Dinny Coady también.
Peter Daly, Charlie Regan y Hugh Bonar.
Aunque murieron muchos, sólo puedo nombrar a algunos.
Danny Doyle, Blaser-Brown y Charlie Donnelly.
Liam Tumilson y Jim Straney de Falls.
Jack Nally, Tommy Patton y Frank Conroy,
Jim Foley, Tony Fox y Dick O'Neill.
(1) Mención a la última frase del poeta Charlie Donnelly antes de morir en la batalla del Jarama.
19 nov 2015
"ya no distingo..." - Mareva
ya no distingo un buen poema de una onomatopeya de cebollas o de un agujero de carcoma en tu médula espinal, me parece igual de importante escribir sobre las pulgas del gato, que sobre la épica del olvido o la venganza de los fusilados, todo me parece un rizoma del capricho de un mapa que arde, todo va al mismo sitio y se lo comen las sardinas, no hay palco ni coñac ni he llegado, la lágrima de pintura blanca del payaso es mi paraíso, puedo estar limando las patas de mi cama y creyendo que por fin he llegado a lo trascendental de la metafísica, o echándole zumo de pimiento al espectro de la abuela muerta y creyendo que al fin he comprendido el origen de las especies y el destino de las tripas de la rana en tu testamento
Mareva
en: Hoguera de ideas
17 nov 2015
3 nov 2015
Miña terra galega - Siniestro total
A una isla del Caribe
he tenido que emigrar
y trabajar de camarero
lejos lejos de mi hogar
me invade la morriña
el dolor de Breogán
cuando suena la muiñeira
el llanto empieza a brotar
Miña terra galega
donde el cielo es siempre gris
miña terra galega
es duro estar lejos de ti
Donde se quejan los pinos
y se escuchan alalás
donde la lluvia es arte
y Dios se echó a descansar
las zanfoñas de Ortigueira
los kafkianos del Jaján
la Liga Armada Galega
y el pazo de Meirás
Miña terra galega
donde el cielo es siempre gris
miña terra galega
es duro estar lejos de ti
Miña terra galega
9 oct 2015
17 sept 2015
13 sept 2015
10 sept 2015
9 sept 2015
LHOTSE - Alberto Valero
Profunda, insoportable, tremenda nostalgia. Nostalgia de esa luz, esa luz gloriosa y esa soledad plena de riqueza, de hambre de mundo y aura y blanco, una alegría inmensa y tranquila –el mundo, el gran mundo es tranquilo, sereno, hasta en sus catástrofes-: la mía era la sonrisa del mundo, esa sonrisa del ser que a la vez era estallido de luz y brisa helada con la que palpitar, pequeña brasa al rojo que era mi gozoso corazón de criatura jugando en el sinsentido feliz del mundo. Dolor y nostalgia por la altura, por la desmesura, porque lo imposible es revelado en esa roca negra, paredes infinitas de majestad indiferente y espectáculo de soberanía, risa primigenia de un mundo que aún es fábula…
Nostalgia de ir con la nada de lo que acontece, de las apariciones, la luz y la sombra, el viento y el silencio, de esas mágicas horas de la tarde de oro y bronce en el hielo y su infinito juego, y no ser nada más que eso, ser nadie, ser nada.
Nostalgia de esa alegría extática, de flauta del origen que cantaba en el mundo, de cachorro que corretea en feliz desafío de vida, seducido por el mundo en mis poros, en mi ser...
Yo era como las nubes de roca y como las rocas que eran veloces nubes, yo era una bestia del origen embriagada de luz y hielo, con el universo en mis huesos.
(El Lhotse es la cuarta montaña más alta del mundo, con 8.516 m. de altura sobre el nivel del mar. Se halla en Nepal, junto al Everest).
4 sept 2015
3 sept 2015
2 sept 2015
1 sept 2015
31 ago 2015
30 ago 2015
28 ago 2015
24 ago 2015
21 ago 2015
20 ago 2015
18 ago 2015
16 ago 2015
15 ago 2015
13 ago 2015
8 ago 2015
7 ago 2015
6 ago 2015
5 ago 2015
30 jul 2015
26 jul 2015
25 jul 2015
ROSA DE SANATORIO - Ramón María del Valle Inclán
la luz de acuario de un jardín moderno.
y el amarillo olor del yodoformo.
Cubista, futurista y estridente,
por el caos febril de la modorra
vuela la sensación, que al fin se borra,
verde mosca, zumbándome en la frente.
Pasa mis nervios, con gozoso frío,
el arco de lunático violín;
de un si bemol el transparente pío
tiembla en la luz acuaria del jardín,
y va mi barca por el ancho río
que divide un confín de otro confín.
23 jul 2015
Desde siempre...
texto vídeo: Samuel Beckett
Destino y tiempo fueron urdidos para encadenar todo caminar al calendario de la esclavitud.
No hay salida, ni en el destino ni en el tiempo. Sólo puedo caminar al margen de ambos. Loam
21 jul 2015
20 jul 2015
3 jul 2015
30 jun 2015
27 jun 2015
el Síndrome del Lucio
En un experimento llevado a cabo en una enorme acuario con una serie de lucios, que son unos peces carnívoros capaces de comer gran número de pequeños pececillos cada vez que abren la boca, un grupo de investigadores aislaron a uno de ellos a un lado de la pecera, separándolo del resto de peces, de los grandes y de los pequeños, por un cristal transparente.
Durante un tiempo, el lucio intentó comer algunos de aquellos peces que nadaban frente a él, pero cada vez que abría su boca, golpeaba contra aquel cristal y lo único que sentía era dolor.
Pronto, el lucio dejaría de intentar cazar siquiera.
Una vez que había desistido, los investigadores retiraron el cristal que dividía la pecera y le separaba de todos aquellos peces. Pero él, para entonces, había llegado a creer que era imposible comer peces, y a pesar de nadar junto a ellos, ni siquiera intentó abrir la boca para comer. Porque en su cerebro se había implantado una sensación de dolor cada vez que lo intentaba, y la creencia de que de esa manera no podría nunca comer.
De lo que el Lucio no se dio cuenta es de que él seguía actuando como si las condiciones en aquella pecera fueran las mismas, cuando en realidad, se habían producido ciertos cambios que quizá hubieran hecho posible que en el presente los mismos actos pudieran dar lugar a resultados diferentes. Pero el lucio no solo no lo intentó una vez más, sino que finalmente se dejó morir de hambre.
El ser humano, como aquel lucio, presenta una serie de conductas y pensamientos que en infinidad de ocasiones se establecen en base a experiencias pasadas. Nuestro miedo al cambio, o el miedo a salir de nuestras zonas de confort, nos impide tomar decisiones coherentes y nos aferramos a la imposibilidad de gran número de cosas, sólo por el hecho de que en el pasado los resultados hayan sido negativos en esos ámbitos, sin ni siquiera haber constatado que las condiciones que se dan, puedan o no ser las mismas que se dieran entonces.
Hoy en día, el hecho de que ciertas creencias, la mayor parte de las veces equivocadas, se arraiguen en nuestro cerebro y no seamos capaces de hacerles frente porque la historia nos hace creer que son imposibles, se conoce como el Síndrome del Lucio.
19 jun 2015
15 jun 2015
11 jun 2015
Beginning To End - Samuel Beckett
If Billie Whitelaw was Samuel Beckett’s favorite actress, then MacGowran was his favored actor. The pair met in the bar of a shabby London hotel, an unlikely start to an “intimate alliance” that saw MacGowran collaborate with Beckett on the definitive versions of Waiting for Godot and Endgame. From this, their partnership led to a further legendary collaboration Beginning to End.
8 jun 2015
...en las desmesuradas galerías del eco...
Tiempo
te has vestido con la piel carcomida del último profeta;
te has gastado la cara hasta la extrema palidez;
te has puesto una corona hecha de espejos rotos y lluviosos jirones,
y salmodias ahora el balbuceo del porvenir con las desenterradas melodías de antaño,
mientras vagas en sombras por tu hambriento escorial, como los reyes locos.
No me importan ya nada todos tus desvaríos de fantasma inconcluso,
miserable anfitrión.
Puedes roer los huesos de las grandes promesas en sus desvencijados catafalcos
o paladear el áspero brebaje que rezuman las decapitaciones.
Y aún no habrá bastante,
hasta que no devores con tu corte goyesca la molienda final.
Nunca se acompasaron nuestros pasos en estos entrecruzados laberintos.
Ni siquiera al comienzo,
cuando me conducías de la mano por el bosque embrujado
y me obligabas a correr sin aliento detrás de aquella torre inalcanzable
o a descubrir siempre la misma almendra con su oscuro sabor de miedo e inocencia.
¡Ah, tu plumaje azul brillando entre las ramas!
No pude embalsamarte ni conseguí extraer tu corazón como una manzana de oro.
Demasiado apremiante,
fuiste después el látigo que azuza,
el cochero imperial arrollándome entre las patas de sus bestias.
Demasiado moroso,
me condenaste a ser el rehén ignorado,
la víctima sepultada hasta los hombros entre siglos de arena.
Hemos luchado a veces cuerpo a cuerpo.
Nos hemos disputado como fieras cada porción de amor,
cada pacto firmado con la tinta que fraguas en alguna instantánea eternidad,
cada rostro esculpido en la inconstancia de las nubes viajeras,
cada casa erigida en la corriente que no vuelve.
Lograste arrebatarme uno por uno esos desmenuzados fragmentos de mis templos.
No vacíes la bolsa.
No exhibas tus trofeos.
No relates de nuevo tus hazañas de vergonzoso gladiador en las desmesuradas galerías del eco.
Tampoco yo te concedí una tregua.
Violé tus estatutos.
Forcé tus cerraduras y subí a los graneros que denominan porvenir.
Hice una sola hoguera con todas tus edades.
Te volví del revés igual que a un maleficio que se quiebra,
o mezclé tus recintos como en un anagrama cuyas letras truecan el orden y cambian el sentido.
Te condensé hasta el punto de una burbuja inmóvil,
opaca, prisionera en mis vidriosos cielos,
Estiré tu piel seca en leguas de memoria,
hasta que la horadaron poco a poco los pálidos agujeros del olvido.
Algún golpe de dados te hizo vacilar sobre el vacío inmenso entre dos horas.
Hemos llegado lejos en este juego atroz, acorralándonos el alma.
Sé que no habrá descanso,
y no me tientas, no, con dejarme invadir por la plácida sombra de los vegetales centenarios,
aunque de nada me valga estar en guardia,
aunque al final de todo esté de pie, recibiendo tu paga,
el mezquino soborno que acuñan en tu honor las roncas maquinarias de la muerte,
mercenario.
Y no escribas entonces en las fronteras blancas “nunca más”
con tu mano ignorante,
como si fueras algún dios de Dios,
un guardián anterior, el amo de ti mismo en otro tú
que colma las tinieblas.
Tal vez seas apenas la sombra más infiel de alguno de sus perros.
6 jun 2015
3 jun 2015
1 jun 2015
31 may 2015
nubes vi
"Pero pronto cansado de remover vanamente esos restos mentales avanzó a través del pasto largo y grisáceo resignado a no saber dónde estaba o cómo había llegado allí o dónde estaba yendo o cómo iba a regresar al lugar de donde no sabía cómo había venido. Así sucesivamente sin saber y sin una meta a la vista".
de Quietud aún inquieta, Samuel Beckett
26 may 2015
20 may 2015
17 may 2015
15 may 2015
13 may 2015
11 may 2015
8 may 2015
6 may 2015
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